Batalla contra las manchas solares
Llega el verano y, con él, la exposición solar prolongada… ¿Bueno? ¿malo? Pues para nuestra piel puede ser un gran enemigo. Las razones son claras: posibles manchas solares en la cara, el escote, los brazos o las manos, arrugas, líneas de expresión más marcadas, textura curtida, capilares rotos, piel quebradiza y pigmentación. Todos estos signos aceleran el envejecimiento prematuro de la piel porque dañan las fibras de colágeno.
Hoy analizamos las antiestéticas manchas y nos ponemos en pié de guerra.
Bien sea por factores genéticos, hormonales o por el sol, existen muchos tipos de manchas y éstas son uno de los problemas más consultados en nuestra consulta. En la época que nos encontramos pero, sobre todo en septiembre, las que más vemos son aquellas fruto del exceso de sol: los lentigos solares.
Y ¿cómo podemos saber si las manchas que tenemos son causadas por este astro? Las típicas son de color marrón oscuro y aspecto plano e irregular. Su aparición se centra en cara, escote, brazos y manos.
Entonces… ¿qué hago si ya las tengo? Lo primero, ponerte en manos de un especialista ya que son manchas que no desaparecen solas y es conveniente eliminarlas con un tratamiento médico como el láser. Aunque, como siempre os recomendamos, lo perfecto para evitar las manchas solares es la no exposición al sol o, si lo hacemos, con un filtro solar de alta protección no solo en verano sino también en invierno.