La piel… Una barrera protectora que necesita cuidados
Hoy en día cada vez somos más las personas que tomamos conciencia acerca de nuestra salud. Y cuando nombramos esta palabra también englobamos partes de nuestro cuerpo que, quizás, las tenemos más encasilladas en el tema de belleza. Un ejemplo muy claro es la piel. Y es que, el objetivo de cuidarla no reside en tener un mejor aspecto, sino en que realice bien su función: ser la primera barrera defensiva que impide que entren agentes patógenos en el organismo. Por eso es fundamental mantenerla limpia y flexible.
Así que hoy nos centramos en daros las pautas más importantes para que nuestra piel esté a pleno rendimiento…Y claro, eso también se nota por fuera.
¡Empezamos!
Lo primero y esencial… La limpieza
Es fundamental que nos limpiemos el rostro para quitar los restos de maquillaje, las células viejas, la suciedad, el polvo y las bacterias. Esto nos ayudará a que la piel se oxigene ya que eliminamos las obstrucciones que podían estar tapando los poros.
¿Cómo debemos hacerlo? Lo ideal es crear una rutina mañana y noche. En cuanto a los productos a utilizar, hoy en día existen una gran variedad que podemos elegir para esta finalidad. Lo único que debemos tener en cuenta a la hora de comprarlo es que se adapte a nuestro tipo de piel y que respete el ph. Ya veréis como notáis la piel súper fresquita.
Segundo, la hidratación…Otro punto obligatorio
Pues sí. No solo es necesario la limpieza, sino que conseguir una flexibilidad resulta ser esencial para mantenerla en condiciones saludables y protegerla frente a la posibilidad agresiones externas . Y es que, aunque muchos no lo crean, la deshidratación aparece con más rapidez de la que pensamos. ¿Por qué ocurre esto? Por varios motivos: El frío, el calor, medicamentos, genética, etc.
Ahora bien ¿Cómo podemos conseguir una hidratación óptima?
Lo ideal sería juntar varios factores. En primer lugar, la alimentación. La dieta nos ayuda a que la piel tenga las vitaminas y nutrientes indispensables para mantener su elasticidad y firmeza. Por ello es muy importante que estén muy presentes las verduras frescas,las frutas, cereales y proteínas sin grasas.
Otro factor importante es el agua. Ya sabéis… 2 litros de agua al día serán suficientes para mantener un buen grado de hidratación. ¡De verdad que se nota!
Y por último, las cremas. Aquí ya entramos en el mundo de la variedad. Por ello, os aconsejamos de la misma manera que antes. Lo más importante es que escojamos la crema que mejor se adapte a nuestro tipo de piel y a nuestra edad. ¿Por qué? Por una sencilla razón. Buscamos el equilibrio. Por tanto, debemos evitar quedarnos cortos o pasarnos con la cantidad o con el uso de ingredientes que puedan ser un poco fuertes para nosotros. Ah! Y si encima tiene protección solar, mucho mejor.
Y para terminar, unos cuidados extra
Es verdad que siguiendo la rutina que os acabamos de comentar, nuestra piel se verá mucho más cuidada y protegida. Pero eso no quita que de vez en cuando le demos un aporte extra de energía. ¿Cúal es el mejor tratamiento? Depende de lo que busquemos. Luminosidad facial, reafirmación, tratamientos antiaging… Tenemos un buen abanico para elegir. Suena bastante bien, ¿no?
En definitiva, ya no hay excusas para dejar a nuestra piel de lado. Lo óptimo es que hagamos un mix sobre todo lo que hemos contado y creemos nuestra propia rutina: limpieza, buena hidratación, algún mimito extra… y, lo más importante, no sólo debemos hacerlo por el aspecto, sino por nuestra salud.